Admito que Marlon no es, en fin, un actor que me cree simpatía. No me convence del todo. Grita demasiado...siempre. Pero verlo en su apoteosis masculina en pantalla grande, con su propia voz, y en un teatro de sillones de terciopelo rojo y entorno deliciosamente decandente... no tiene precio. Esta noche tenemos una cita, un joven Marlon se quitará la cazadora de cuero para todo el que quiera verlo... y yo estaré ahí para guiñarle un ojo... o los dos.
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viernes, 24 de febrero de 2012
siempre...RETROBACK
Admito que Marlon no es, en fin, un actor que me cree simpatía. No me convence del todo. Grita demasiado...siempre. Pero verlo en su apoteosis masculina en pantalla grande, con su propia voz, y en un teatro de sillones de terciopelo rojo y entorno deliciosamente decandente... no tiene precio. Esta noche tenemos una cita, un joven Marlon se quitará la cazadora de cuero para todo el que quiera verlo... y yo estaré ahí para guiñarle un ojo... o los dos.
lunes, 13 de febrero de 2012
Becoming valentín...
Notte Sento by Daniele Napolitano.
Porque hay románticos empedernidos...
...que aún sueñan con su "Antes del amanecer" particular.
Happy Monday.
Porque hay románticos empedernidos...
...que aún sueñan con su "Antes del amanecer" particular.
Happy Monday.
domingo, 12 de febrero de 2012
Buscando mi trébol de cuatro hojas...
Hace un tiempo, tuve "la buena suerte" de asistir a una conferencia de Alex Rovira. Si no mal recuerdo hablaba de confianza y compromiso.
A priori, no pude decir si me había gustado o no porque la sensación clara fue mucho más simple: conmoción. Simple, ¿no? Supongo que para explicarme, debería decir que no es la conmoción que sientes cuando te tiran un cubo lleno de gusanos a la cara (cruzo los dedos), ni tampoco que te quedes encerrado en el ascensor con Ewan Mcgregor, es más bien, por decirlo...algo así como la conmoción que podría sentir un pulpo en un garaje. Desconcierto absoluto seguido de un subidón de adrenalina. El motivo, es el siguiente: En no más de una hora consiguió deshacer y entretejer en un discurso elocuente y lleno de contenido, toda la maraña para encauzarme que tenía acumulada en el cerebelo desde hacía...¿años?
Retomada la calma emocional que precede a la tormenta visceral y haciendo un análisis más concreto, sí, me gustó, me gustó mucho, como cuando te gusta ese chico de la piscina a los 15, de forma irreverente e irreflexiva, porque hay algo que inexplicablemente te chifla. A ver, entenderme, no es que quisiera inmiscuirme en su familia en clave mano que mece la cuna, dado que les guardo por extensión, un gran respeto, no, es algo más espiritual. En un breve lapso que me supo a helado de yogurt de fresa por lo menos, me absorvió el coco y encima me colmó de paz, no solo por lo que decía sino por como lo decía. Vamos, que me quedé más mansa que una hormiga y más feliz que una perdiz. Mi compañera y yo, (sí, gracias a Buda, no fui la única de comportamiento preadolescente en aquel momento) nos quedamos enganchadas, tanto como, y lo digo con absoluta incredulidad hacia mí misma, para intentar la audacia de pedirle el power point en un acto acorde al de fan enfebrecida, (imaginad un postconcierto de Justin Bieber). Evidentemente, pese a la mirada de gato con botas, la síntesis de toda su obra y pensamiento hasta ahora, no era de uso libre y gratuito, y no tuvo el efecto buscado, en cualquier caso, su educada negativa fue como un canto de sirena que te lleva cual zombie (tipología cercana a resident evil) a la librería más cercana dispuestos a aniquilar a todo aquel que te impida comprar sus libros de forma compulsiva. Ahora bien, ahí terminó el amor...porque esto fue como son los breves encuentros, como son los amores de verano, como son las noches sin pretensiones que salen perfectas, vamos, como es "el romance", pero en clave intelectual y absolutamente unilateral, que, admitámoslo, es algo más triste. En resumidas cuentas, que cuando se acaba, pues lo recuerdas con viveza y con cariño, pero sin tanta intensidad.
El tiempo y las circunstancias de la vida, quisieron que disfrutara involuntariamente de otra conferencia de este señor en la inaguración de curso de la EIG. Si el encuentro fue bueno, el reencuentro fueron...fuegos artificiales. Con un esencia motivadora al 100%, te dan ganas de montar una multinacional en un periquete. Sí, también con la que nos está cayendo. Si toda la prole recién salida del cascarón universitario tomaran al pie de la letra sus palabras, saldrían en las revistas como lo más emprendedor que ha engendrado la madre patria en los últimos 20 años.
Y así, por segunda vez, salí más encantada que una serpiente en Jaipur. Pero esta vez con el firme propósito de hacerme con la lectura de este señor, que tan bien me cae, y que tan bien me sienta. No sé si tendréis la oportunidad de escucharlo alguna vez, si es así, aprovechadla, y si no es así, recomiendo su lectura. Si uno tiene un mal día, o no sabe enfatizar el lado bueno de la vida, o está más perdido que ese pulpo conmocionado que he mencionado antes. No lo dudéis. La buena suerte está en vuestras manos.
A priori, no pude decir si me había gustado o no porque la sensación clara fue mucho más simple: conmoción. Simple, ¿no? Supongo que para explicarme, debería decir que no es la conmoción que sientes cuando te tiran un cubo lleno de gusanos a la cara (cruzo los dedos), ni tampoco que te quedes encerrado en el ascensor con Ewan Mcgregor, es más bien, por decirlo...algo así como la conmoción que podría sentir un pulpo en un garaje. Desconcierto absoluto seguido de un subidón de adrenalina. El motivo, es el siguiente: En no más de una hora consiguió deshacer y entretejer en un discurso elocuente y lleno de contenido, toda la maraña para encauzarme que tenía acumulada en el cerebelo desde hacía...¿años?
Pulpo de Mónica Torrejón Majluf de Kelly |
Retomada la calma emocional que precede a la tormenta visceral y haciendo un análisis más concreto, sí, me gustó, me gustó mucho, como cuando te gusta ese chico de la piscina a los 15, de forma irreverente e irreflexiva, porque hay algo que inexplicablemente te chifla. A ver, entenderme, no es que quisiera inmiscuirme en su familia en clave mano que mece la cuna, dado que les guardo por extensión, un gran respeto, no, es algo más espiritual. En un breve lapso que me supo a helado de yogurt de fresa por lo menos, me absorvió el coco y encima me colmó de paz, no solo por lo que decía sino por como lo decía. Vamos, que me quedé más mansa que una hormiga y más feliz que una perdiz. Mi compañera y yo, (sí, gracias a Buda, no fui la única de comportamiento preadolescente en aquel momento) nos quedamos enganchadas, tanto como, y lo digo con absoluta incredulidad hacia mí misma, para intentar la audacia de pedirle el power point en un acto acorde al de fan enfebrecida, (imaginad un postconcierto de Justin Bieber). Evidentemente, pese a la mirada de gato con botas, la síntesis de toda su obra y pensamiento hasta ahora, no era de uso libre y gratuito, y no tuvo el efecto buscado, en cualquier caso, su educada negativa fue como un canto de sirena que te lleva cual zombie (tipología cercana a resident evil) a la librería más cercana dispuestos a aniquilar a todo aquel que te impida comprar sus libros de forma compulsiva. Ahora bien, ahí terminó el amor...porque esto fue como son los breves encuentros, como son los amores de verano, como son las noches sin pretensiones que salen perfectas, vamos, como es "el romance", pero en clave intelectual y absolutamente unilateral, que, admitámoslo, es algo más triste. En resumidas cuentas, que cuando se acaba, pues lo recuerdas con viveza y con cariño, pero sin tanta intensidad.
El tiempo y las circunstancias de la vida, quisieron que disfrutara involuntariamente de otra conferencia de este señor en la inaguración de curso de la EIG. Si el encuentro fue bueno, el reencuentro fueron...fuegos artificiales. Con un esencia motivadora al 100%, te dan ganas de montar una multinacional en un periquete. Sí, también con la que nos está cayendo. Si toda la prole recién salida del cascarón universitario tomaran al pie de la letra sus palabras, saldrían en las revistas como lo más emprendedor que ha engendrado la madre patria en los últimos 20 años.
El encantador de Serpientes de Jean-Léon Gérôme |
domingo, 5 de febrero de 2012
les enfants s´ennuient le dimanche
Voy a empezar esta perezosa entrada de domingo con una expresión pobre, dado que tras un fin de semana repleto de cenas, cuyas tertulias se extienden a la madrugada y están bañadas en vino, las neuronas se encuentran en este punto, en algún mundo feliz, en algún universo lejano, muy lejano, debo admitirlo, de mi cerebro. Así que dicho esto me alejo de formalismos y tuteo. En fin, ahora que hablo de tú, te digo, me da rabia plantearlo así, porque merece algo mejor, pero me muero por compartirlo y la agudeza se quedó en la voz de las sopranos. La expresión de presentador manido es la siguiente...Me complace mucho presentarte...o más bien, compartir para quien no lo conozca aún, este video impecable para las gafas de sol Oliver Peoples, de la fantástica fotógrafa Lisa Eisner (un descubrimiento), donde lo único que no me convence es el bigote (no os esforcéis, ella no tiene), pero como se trata de una cuestión puramente personal, se puede eludir completamente mi opinión, y hasta sin rencor. Porque la publicidad a veces puede ser deliciosamente engañosa. Porque está muy bien tener una bañera con vistas, donde sientas la necesidad de ponerte gafas de sol, porque has dormido poco y si te da la gana, puedes ir de snob, de sexy, o de pingüino con antifaz. Porque sabe a domingo, a calor, a pereza, incluso a Italia. Así que nada, a disfrutar, que mañana es lunes.
viernes, 3 de febrero de 2012
jueves, 2 de febrero de 2012
rainning day
Hoy cuando me desperté, estaba lloviendo. El sonido constante de las gotas tamboreaba el tejado de madera, miré ilusionada desde la ventana el cielo gris, la ciudad a lo lejos bajo un gran nube de plomo y sentí un ligero escalofrío por el simple deseo irrefrenable de salir corriendo a por un croissant a la calle, bajo la intensa lluvia y un frío demoledor, con mi escueto pijama y descalza! Pero esto no es desayuno con diamantes, ni estoy en una editorial absurda de moda mojada, ni los cruasanes vienen de Paris, al menos a mi casa. A falta de jet privado y konditorei a la vuelta de la esquina, decidí no bajarme el ánimo y pintarme los labios rojos. Así que tras una buena dosis de cafeína y otra, más pequeña, de sentido común...he decidido quedarme en casa estudiando y aún con más gusto, leyendo. Tooooodo el día. Me voy con Kvothe, a ver si se aprende de una vez el nombre del viento, y los themen de Deutsch Lernen. Me voy con mis fresas y mi café recién molido. Que son esas cosas que se agradecen de corazón cuando no toca trabajar...porque es así como muy de peli romántica de domingo tarde (y si no lo es, yo me lo imagino)...y porque la felicidad no solo te encuentra, hay que ir a buscarla, y quizá te la cruces, muy de mañana, aunque sea en la cafetera italiana de tu cocina y en la librería (oh! gran templo) del salón.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Sunkissed
El invierno llegó de golpe, y con él las heladas y el entumecimiento...
...así que tras pensarlo un instante, decidimos poner rumbo al calor, en sentido meteorológico, pero sobre todo, sentimental. No había más que dar el salto. Cuando el frío de Enero sobrevolaba la península, yo emigraba al hogar, a Fuerteventura, un pequeño refugio de amplias playas y cálidas temperaturas, y sin duda, el mejor lugar para desaparecer unos días y prepararse para afrontar Febrero.
Y las lentejas.
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