Feliz Año Nuevo, de nuevo!
Para los que sienten Septiembre como el nuevo Enero y con la lista de utópicos objetivos a medio tachar, ahí está de nuevo una oportunidad vital, de tantas que nos damos a lo largo de nuestras existencias. Es como un letrero con mayúsculas en neón: SEPTIEMBRE, ALLÁ VAMOS.
Para los que Septiembre sin embargo es fecha extrañamente alentadora de buenos propósitos, que significa la vuelta a los quehaceres menos livianos, rutinas de trabajo y/o estudio, vuelta a la báscula, al gimnasio, a los golpes de pecho y al tráfico de las mañanas...hay que decir también que es volver por fin de nuevo al fresquito, al buen cine (que vaya películas nos venden en verano), al orden después de la anarquía horaria veraniega, al reencuentro con los amigos del año escolar, y a los que no son tan amigos pero también te alegras de verlos, vuelta al chocolate caliente y vuelta a los cócteles de interior, a la sensación de tibieza al ponerte un jersey cuando tienes frío, a estrenar agenda, vuelta a sentir que se empieza de nuevo, vuelta con ganas, si quieres, a comerte el mundo con patatas (o con verdura, no vaya yo a corromper el propósito de alguien y enerve al señor Dukan :S).
Practicamente todo tiene por contrapartida una parte positiva, se trata de la determinación que tomes. Es como el rosa, estridente, cansino y hasta ñoño, pero a fin de cuentas un color alegre casi por definición. El que no se consuela es porque no quiere, no?
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