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domingo, 23 de octubre de 2011

Hall o veen


   Ya se sabe que cualquier motivo es perfecto para hacer una fiesta, si a ello le unes la novedad de una tradición ajena... el éxito está practicamente asegurado. La noche de Halloween, víspera de todos los santos, tiene cada día más clara connotación pagana que religiosa, y ha ido contagiando el viejo continente de disfraces y calabazas la noche del 31 de octubre. Así que, aunque los niños no acuden a las casas recolectando golosinas, nunca unos colmillos falsos tuvieron tanto sentido. 

  Si bien para los celtas era la entrada del nuevo año, o el fin del verano también conocido como el Samhain, para nosotros la relación nos viene de EEUU, del gusto por las películas de miedo, máscaras, y fiestas al más puro estilo teen...aunque en realidad, si leemos un poco sobre el origen, nos daremos cuenta de que la influencia está mucho más cerca, en los vecinos irlandeses.

    En fin, ante tal incidencia en el calendario, no queda más remedio que preparar muchas calabazas que encarnen a Jack O´Lantern para que confundan a los malos espíritus y atraigan la diversión...hacernos amigos de zombies, doncellas vampiras u orcos orbitales, comer dedos de queso u vómito de guacamole, pegar cuatro sustos y encender muchas velas. 

    Y si alguien de apariencia sospechosa os pregunta por truco o trato, no lo dudéis, by the flies... elegir el trato, no vaya a ser que se nos quede a vivir en la escalera Samara (The Ring)... y qué de terror que no nos llegue el presupuesto para lavarle esa mata de pelo del infierno a la nueva inquilina...






1 comentario:

theROOM dijo...

Fiestas sí, y echando el resto en la decoración con naranjas y negros, pero que no me hagan disfrazarme :)