Páginas

jueves, 29 de diciembre de 2011

     
            Ayer tarde, entre Glühwein (vino caliente), sopranos y las deliciosas galletas de jengibre de villa Epi,  me sonreía a mí misma de ver que siendo tan distintos unos de otros, en el fondo nos parecemos más de lo que pensamos. Y que hace falta muy poco para crear "sintonía". Del mismo modo, hace un tiempo, leí algo que me gustó y que decía algo así como que a veces tenemos que recordarnos a nosotros mismos que no tenemos que hacer lo que el resto del mundo hace. A menudo nos dejamos llevar por la aprobación de los demás, y en realidad, pese a que bien vale un buen consejo a tiempo, uno debe escoger y equivocarse, o no, en su propio camino. 

         Cada uno tiene sus ritmos, sus capacidades, sus gustos y su personalidad. Y sentirte diferente, no está ni bien ni mal, porque pese a todo, y en un sentido positivo, al final resulta que no eres tan distinto del resto. Antes o después, en un mínimo gesto de reflexión, te acabas reconociendo en todo aquel que conoces, como si alguien hubiese robado y expuesto rincones de tu alma mientras te echabas la siesta. En fin, con Merry Christmas incluido (y lo bien que cantan?!!!), fue un café/vino corto pero muy divertido, ideal para el tipo de tardes desenfadas que uno espera en Navidad.

Y mañana, el gran día más viejo del 2011...a ver que nos depara...

No hay comentarios: