Porque...
Ayer fue de uno de esos días en los que uno no se levanta con la impresión de que va a salvar el mundo, sino que más bien se despierta deseando tener un boli a mano para tachar de forma fulminante la fecha del calendario, y sin embargo, y contra todo pronóstico, se va a la cama con la sensación de que después de todo, los pequeños detalles o grandes gestos, según se mire, hacen de la vida algo maravilloso... siempre hay algo por lo que dar las gracias...
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los mensajes en la hierba |
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el pequeño Neo |
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té moruno
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las últimas rosas del verano |
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No se puede pedir más a un martes cualquiera.
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